Cuando nos duele la espalda baja por lo general lo atribuimos a la lumbalgia. Sin embargo, al acudir al doctor existe la posibilidad de que el diagnóstico sea algún problema en los riñones. A continuación te decimos cuál es la diferencia y cómo identificarlo.
La lumbalgia es un dolor en la espalda baja, ocasionado por contracturas en los músculos más profundos de la espalda. Las molestias de este padecimiento son constantes por lo menos durante cuatro semanas. En caso de que el dolor se alargue por más de 12 semanas es porque ya es un malestar crónico. Además, puede llegar a presentarse dolor en la parte del cuello o cervicales.
Por su parte, el dolor de los riñones se da por la formación de piedras en el aparato urinario, lo que puede causar una infección. Sin embargo, el dolor se presenta junto a fiebre y vómito.
Otra de las diferencias más importantes es que el dolor de la lumbalgia va a ir en aumento y se extiende hacía los lados. En cambio, el dolor de riñones es profundo y permanece en un sitio o se extiende hacia la zona central del cuerpo. Si te han diagnosticado con algún problema de riñones, el médico te dará el tratamiento adecuado para solucionar tu problema.
Como se mencionó antes, el dolor lumbar se debe a espasmos en los músculos profundos de la columna, que no se relajan durante el descanso. Estas contracturas, afectan la estructura interna de la columna y pueden ocasionar padecimientos como hernias discales o ciática.
Para aliviar las contracturas de las fibras musculares más profundas, las opiniones de los especialistas coinciden en que el uso del método Cordus–Sacrus permite relajar esta zona de tan difícil acceso.
Este método es efectivo, no invasivo, de uso en casa y es capaz de llegar hasta los músculos profundos, a diferencia de masajistas y quiroprácticos. Además, ayuda a evitar la cirugía.
Una recomendación para la lumbalgia es realizar actividad física moderada para recuperar el buen tono muscular, ya que el reposo trae consecuencias negativas.